Paseo en el crepúsculo

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Se extiende tras ella un horizonte de montañas violáceas a las que la pincelada zigzagueante confiere abrupta y hostil orografía. Sobre ellas un celaje raso, con una luna en creciente que polariza un halo amarillento. El cuadro fue pintado en 1899 en el hospital de Saint-Rémy, próximo a Arles, donde el artista se recluyó voluntariamente.